La línea que separa la sinceridad de la falta de respeto es muy fina, y si bien es verdad que hay personas que se ofenden con rapidez, aunque no debieran, ante una crítica constructiva, también lo es que hay mucha más gente que confunde gustos personales con análisis objetivo, sobre todo cuando no se molestan en observar los diferentes elementos que componen el objeto de análisis y prefieren dejarse llevar por prejuicios y opiniones de terceros.
Así tenemos que hay poca gente que sepa hacer una critica en condiciones, no hablemos ya de una crítica constructiva.
¿Constructiva?, ¿pero criticar no era poner a parir algo? dirá demasiada gente adherida a la definición “marujil” del asunto. Pues no, almas cándidas. La crítica es la enumeración de los defectos, errores u omisiones en algo, sin descalificar ese algo o a su autor. Y constructiva es la enumeración de los defectos, errores u omisiones en algo con el fin de subsanarlos y mejorar lo criticado. Por supuesto siempre desde el respeto que merece tanto lo realizado como el realizador. Lo otro, lo de ventana en patio de vecinos o chismorreo de corrillo preadolescente, es confundir el todo por la parte, churras con merinas, y quilla con cofa. Osea, no tener ni repajolera idea de lo que se habla, pero hablar, que si te callas eres un “pringao”.
Y es que es muy bonito verlo todo desde la barrera, sin riesgos, silbando o vitoreando según sople el viento, el día que haga o el pie con el que nos hallamos levantado. Y cuando el aludido, hasta los mismísimos de aguantar ñoñeces y tonterías, se da la vuelta y te mira fijamente con ojos de haber estado a la tarea más de lo que el deber exige, y esboza esa media sonrisa afilada y de dientes apretados conteniendo un juramento, mientras con toda la cortesía del mundo te ofrece los bártulos: venga, “maestro” (o “mister”, que para el caso lo mismo da). Baja aquí y termina la faena. Tanto que sabes. Enseguida nos ofendemos, nos deshacemos en incoherentes y farfullantes excusas aludiendo a no sé qué de que no me coartes la libertad de expresión, yo solo decía lo que a mí “me parecía” o el tan demagógico “sigue, sigue, que tú eres el experto”.Y es que demasiada gente debería aplicarse eso de la boca cerrada y las moscas (o cosas más asquerosas, que salir bien que salen), aunque para algunos debería hacerse un decreto Ley por el que se les obligase a ver de un tirón Barrio Sésamo, y luego hacerles una prueba de selectividad para ser personas.
sábado, febrero 19, 2005
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6 comentarios:
lo de la prueba de selectividad me ha gustado ^^
la verdad es que creo que esto que dices se le puede aplicar a todo el mundo (me incluyo) en algún momento de su vida. Sí, y aunque seguramente ahora alguien me salte a la yugular diciendo que "él/ella jamás haría eso", ES MENTIRA.
Quieras o no, aunque sea sin darte cuenta, todo el mundo en algún momento traspasa la linea que hay entre la simple crítica o la crítica constructiva y la crítica ofensiva.
La verdad es que no me sale ser más ácido (yo lo intento, de veras) pero en todo caso no me refiero a quien, ocasionalmente, en algún momento, se le escape ese tipo de crítica, sino a quien hace eso su vida y no hace más que tocarle las narices al personal. Pero me alegro de que te guste ^_^
no te preocupes, creo saber a q te refieres, pero sólo quería matizar.
Y sin embargo, sigo sin referirme a eso. Creo que está bastante claro que no me refiero a los que se ofenden, sino a los que ofenden constántemente y van de listillos... ¿tan mal me expreso? ¬ ¬
La sinceridad es abrumadora y hay muchas personas q cuando preguntas y te dicen lo que piensan lo sueltan sin más. Aunq no sea de la manera más fina o cuidada xa no ofender. Supongo que dependiendo de quién te lo diga importa el cómo te lo diga.
^^^
De todas formas, generalmente las personas que critican ofensivamente, con el punto de mira puesto solo en hacer daño, suelen ser gente a la que no le preocupa la verdad, no le preocupa lo que está criticando, no le preocupa si no tiene suficientes datos o conocimientos para hacer la crítica. Por eso, si una crítica no viene razonada, si una crítica no da consideraciones y puntualizaciones, no debe ser tomada en serio.
Mi padre es mi mejor crítico. Detroza todo lo que hago y lo analiza punto por punto, muy despacio, marcando cada error y señalándomelo para que lo corrija. Por eso sigo pidiendo su opinión.
El Mago:*
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